Cometa Cinc

Nombre: Cometa Cinc

Dirección: C/ Cometa, 5 (Barcelona) {MAPA}

Teléfono: 93.310.15.58

Horario: Martes a domingo de 18:00 a 1:00.

Página Web:  {web} {facebook}

 Una combinación interesante de tapas y platos es lo que ofrece este restaurante situado en el centro de Barcelona, cerca de la Plaza Sant Jaume, en cuya carta encontramos no las típicas tapas sino más bien medias raciones de platos más elaborados. Tapear, como entendemos en España, es pedir una serie de platillos acompañado de alguna bebida que se comparten entre todos los comensales. Se puede tomar como aperitivo (antes de ir a comer o a cenar), o también es muy habitual pedir una generosa cantidad de ellos y que sirvan como comida o cena. En el caso de este restaurante fusionan más bien la primera idea, ya que la carta (no demasiado extensa) invita a pedir esas tapas o medias raciones que preparan, acompañado de alguno de los platos fuertes de su carta (incluso tienen opciones en forma de menú que juega con esta idea de dos o tres tapas y un plato fuerte).

  
 Este es uno de los casos en los que el mismo restaurante produce opiniones dispares entre los integrantes del blog. Entusiamo por una parte, y decepción controlada por otra. Ambas son las dos valoraciones que ofrecemos a continuación a nuestros lectores al ser imposible llegar a un consenso para una valoración unánime.

  Pero vayamos por partes, en este caso comenzando por las coincidencias de opinión, que son el  servicio y el ambiente. Servicio educado, pero muy despistado. A modo de ejemplo, nos ofrecen una carta de vinos, que en realidad es la carta del restaurante en inglés, avisando al camarero de su error tras un tiempo largo de espera. En cuanto al ambiente, por la ubicación extraña del local, estábamos situados en un piso superior, un altillo con un único acceso por una estrecha escalera con apenas tres mesas. Problema importante cuando quieres hacer notar al camarero algo ya que obviamente no está solamente en ese piso sino atendiendo en otros lugares o yendo y viniendo de la cocina. Fuera de estos dos detalles, nada que objetar. Sobre la decoración, con aspecto de casa avejentada, poco que comentar, tiene cierto encanto aunque deberían restaurar algunos detalles como la pintura de las paredes. Sin destacar nada en especial, si se vislumbran una serie de problemas que nosotros no padecimos. Primero, la ventilación es nula (ni ventanas ni aire acondicionado). En las fechas que fuimos esto no debe ser un problema, pero en los calores veraniegos debe ser imposible comer allí a no ser que tengan algún sistema que no viéramos. Comentar también que para acceder al local entramos por la cocina aunque no nos quedo claro si es por tener doble entrada y acceder nosotros por la incorrecta o era por tener sobreocupación que tenían cerrado el otro acceso, o simplemente es normal acceder por la cocina. El local es un tanto extraño pues parece estar dividido en dos zonas. Una primera más parecida a un bar, y una segunda (tras atravesar la cocina) que te lleva a esa sala donde también se accede al altillo del que hablábamos

  Y tras las coincidencias, las divergencias en algo tan importante como la comida. Compartimos 3 tapas acompañadas de pan con tomate. Fueron atún rojo braseado con confitura de albaricoque (9,75 €), lentejas con chipirones (5,75 €) y chips de calamares (4,50 €). De segundo cada quien su plato, confit de pato con reducción de Pedro Ximénez (13,75 €) y raviolis crujientes de vieiras (9,75 €). Y los postres: tartaleta de fruta con helado de romero (7,50 €) y tiramisú (5,25 €). Acompañamos con aguas y vino Prado del Rey (16,25 €).

  Como explicamos existen dos visiones diferentes sobre la comida. En el primer caso, la disfrutó mucho, sobre todo de sus platillos o tapas, como prefiramos llamar. No muy abundantes, pero lo suficientemente elaboradas consiguiendo una buena mezcla de sabores con materia prima de calidad que hacen muy recomendable el lugar. En cuanto a los segundos, algo escasos, pero sabrosos y una muy buena presentación en plato. Postres también interesantes, artesanales.... Y la otra opinión, sobre una misma velada, otra visión distinta. Las tapas diferentes a lo habitual, pero sencillas. Lo mejor el atún, pero por la calidad del producto más que por la combinación un tanto simplista de mezclarla con confitura. Las lentejas un plato de sabor átono, y los chips de calamares no consiguen el propósito de sorprender. Sobre los segundos, el pato demasiado reseco, y mas para un confit que se entiende debe ser meloso, con lo que pierde gran parte de su sabor. Y finalmente los postres que tal vez fueron lo mejor de la carta por parecer bastante naturales.

  La puntuación publicada del restaurante procede de ambas opiniones, por lo que queda una cantidad intermedia. Para un componente debería ser más alta la nota media (6,5), y para el otro más baja (5,66). Difícil hacer una recomendación final del lugar por lo que esta vez será necesaria la empatía del lector con lo aquí comentado, muy recomendable por un lado, y sencillez con ínfulas de elaboración por el otro.

A favor:

Indiferente: 

En contra: Una posible deficiencia en cuanto a la ventilación veraniega.

Gasto por persona: 43,34 € (3 tapas, 2 segundos, 2 postres, 2 de pan, vino y aguas)

Fecha y hora: Viernes, 21:30 22-Abril-2011

Ocupación: Al llegar 3/4 ocupado. Desde donde estábamos no podíamos ver la ocupación al irnos

Calidad servicio: Despistado, serio.

Comida: Cantidades algo justas, buena calidad materia prima, buena presentación.

Tipo Comida: Tapas, medias raciones, de mercado, de autor.

Ambiente: Antiguo, cerrado, parecen habitaciones reestructuradas de una casa antigua.

Ambiente Musical: Música tranquila, variada.

Puntuación Global: 6,08 sobre 10

Ambiente: 3,25/5 Comida: 3,25/5 Servicio: 2,75/5 Calidad/Precio: 2,75/5